martes, 4 de mayo de 2010

Ingeniería regenerando ecosistemas


El proyecto Lago de Texcoco se ha convertido en un santuario de la comunidad “Avifaunistica” donde se pueden encontrar aves residentes y migratorias, y con la llegada de estas últimas a finales del mes de septiembre, se ha logrado que cerca de 300 mil aves de más de 153 especies habiten esta zona.
Poco a poco se ha recuperado la avifauna de la zona federal del Lago de Texcoco, y con más de 30 años de trabajo de forestación y pastización, así como del cuidado y mantenimiento del lago, se prepara la llegada de estas aves, con lo que más de cuatro mil personas visitan este lugar anualmente.
Uno de los días más concurridos es el “Día de la Fauna Silvestre”, el cual se celebra el primer sábado de diciembre para dar la bienvenida a las aves migratorias (aves acuáticas y aves playeras o de ribera) que visitan el lago durante la temporada invernal, y que retornan a sus lugares de origen a finales del mes de febrero. Dentro de las actividades que se realizan ese día es una caminata por el bordo del lago Nabor Carrillo, para poder admirar a miles de aves.
El lago de Texcoco fue uno de los cuerpos de agua más importantes de la zona lacustre del Valle de México, por lo que antes de la llegada de los españoles, los habitantes de la zona vivieron un territorio de belleza extraordinaria por el magnífico escenario que brindaba la visita del lago. Estaba conformado por los lagos de Zumpango, Xaltocán, Xochimilco, Chalco y Texcoco.
Ante la desecación del lago de Texcoco, en el año de 1965, el doctor Nabor Carrillo Flores planteó la necesidad y urgencia de recuperar el lago, con lo que entre otros objetivos se combatiría la contaminación producida por las tolvaneras (tormentas de polvo que llegaban a la Ciudad de México), que además también causaban enfermedades y epidemias. Para ello, se llevaron a cabo una diversidad de estudios, tanto sociales, económicos, ambientales, políticos, culturales y técnicos.
Los objetivos de las obras y acciones iniciales del proyecto lago de Texcoco fueron: erradicar las tolvaneras de la zona y mejorar la ecología regional; optimizar, controlar y manejar el sistema hidrológico de la región suroriental del Valle de México; almacenar y reutilizar los excedentes de aguas pluviales residuales; rescatar y conservar los suelos propiciando la recarga de los acuíferos.
El plano de infraestructura hidráulica del Proyecto está conformado por cinco lagos: Churubusco, Recreativo, Regulación Horaria, Texcoco Norte y Xalapango, además cuenta con el lago principal Nabor Carrillo.
La construcción del lago artificial Nabor Carrillo fue mediante el bombeo de pozos, con capacidad de seis litros por segundo; el área se dividió en cinco secciones de 36 pozos cada una, el lago tiene una capacidad de 36 millones de metros cúbicos, en una superficie de mil hectáreas. Inició su operación en 1982 y sirvió como ejemplo para demostrar que con la extracción de agua la superficie se hunde, lo que afecta a la Ciudad de México.
La desecación del área lacustre del ex lago de Texcoco dejó al descubierto una superficie de aproximadamente 150 km cuadrados con características extremas de salinidad y alcalinidad, lo que provocó que no cualquier tipo de vegetación pueda desarrollarse en el lugar.
Después de varias pruebas para seleccionar las especies vegetales adecuadas, se determinó que el pasto salado (Distichlis spicata) y una especie arbustiva llamada Tamarix sp son las más resistentes para la calidad del suelo, además de ser especies halófitas y se pueden reproducir asexualmente. En parte de estos suelos salinos-sódicos se tiene el sistema de riego por goteo.
El programa de forestación es permanente y ha contribuido a formar un pulmón para una de las ciudades más pobladas del planeta. El rescate de la zona está a cargo de la Comisión Nacional del Agua, a través del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México y la Dirección de Agua Potable, Drenaje y Saneamiento, y uno de los indicadores del éxito de la recuperación ecológica es la avifauna que se ha establecido nuevamente.
En la temporada de otoño-invierno se concentra la mayor cantidad de aves, aproximadamente 300 mil aves de más de 153 especies tanto residentes como migratorias, estas últimas provenientes de Alaska, Canadá y el norte de Estados Unidos.
Entre las aves que podemos encontrar en el lugar destacan el pato mexicano, el pato tepalcate, varios tipos de cercetas, el pato bocón, los chichicuilotes, las garzas, pelícanos blancos, gaviotas, águilas, gavilanes, búhos, lechuzas, entre otras especies.
Cabe resaltar que en los ambientes recuperados en la zona federal del lago de Texcoco se ha brindado resguardo a especies de aves en riesgo de extinción, entre la que se encuentran la cerceta de alas azules, los patos golondrinos, gavilanes cola roja, el rastrero y el halcón peregrino.
Además de su función de almacenamiento, el lago Nabor Carrillo se ha convertido en un importante ecosistema en el que se puede encontrar una especie de pez llamada Mexclapique, y en sus alrededores se pueden observar anfibios como ranas, lagartijas, culebras de agua, así como algunos pequeños mamíferos como son roedores, musarañas, comadrejas, ardillas terrestres y liebres.
La zona ha sido considerada por diferentes investigadores nacionales y extranjeros como el sitio más importante del Valle de México para la hibernación, alimentación, reproducción y descanso para miles de aves.

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